27.3.12

La infoxicación masiva

La vieja frase lo dice "Un hombre con un reloj, sabe qué hora es; con dos relojes nunca estará seguro"[1]. Y algo así nos sucede cuando la avalancha de información nos invade diariamente y son múltiples -y hasta contradictorias- las voces que supuestamente nos ayudan a orientar nuestro destino.
Quienes trabajamos con TIC y educación (supongo que a los periodistas en tecnología también les sucede) tenemos una obligación que no nos permite ser indiferentes a las novedades y los cambios: somos quienes debemos predigerirlos y prepararlos para ser debidamente filtrados y comunicados.
El tema es que ya estamos totalmente infoxicados. No alcanza una vida para al menos tomar nota de todas las novedades que en un día  aparecen en la web. En muchas áreas de estudio la velocidad con que cambian o se incorporan conocimientos es tan lenta que aparentan ser estables. En informática no. Es como estudiar biología en la semana del Génesis; no das abasto para contemplar tanta creación. A cada paso te encontrás con un bicho nuevo.
En fin, así estamos. En ese sentido comparto algunas de las reflexiones de Salvador Llopis en Educ@conTIC en su artículo ¿Saturación TIC?
"...
El gran abanico
El abanico de posibilidades que nos ofrece la red para aplicar las TIC en el aula es enorme, y precisamente esa diversidad es la que nos permite realizar una tarea rica, pero también puede intoxicarnos, o infoxicarnos, si os parece un término más preciso. Hace años, casi todo nos valía y, precisamente porque en la red había muy poco donde elegir, desarrollábamos nuestra imaginación, adaptábamos, mejorábamos, inventábamos. Hoy disponemos de mucha información y de forma muy rápida que nos lleva a sopesar qué es mejor y qué es peor, tarea en la que a menudo podemos perdemos y finalmente dar al traste con la elección adecuada. Un ejemplo cualquiera pueden ser las redes educativas, unas destacan por su seguridad, otras porque admiten contenidos, otras por su difusión entre el alumnado, y esto nos lleva a decidirnos por una, renunciando en ocasiones a las funcionalidades de otras. Hoy día puede que el exceso de información atrofie nuestra intuición.
 De lo efímero en las TIC 
Si al panorama anterior del trabajo en la "nube", añadimos la indeterminada durabilidad de los servicios que utilizamos, o tener que pagar lo que ayer fue gratuito, tenemos como resultado una "nube de evolución" que puede convertirse en un chaparrón que acabe con nuestro trabajo de mucho tiempo. Ante esta situación ¿Quién se atreve a embarcar a los alumnos en una determinada plataforma que desaparezca como apareció? ¿Cómo plantearles una migración tras otra de servicio web, llevados por el irrefrenable deseo de actualización?
El alumno multitarea
Sé que muchos pensaréis que esta reflexión que os planteo, ni por asomo pasa por la cabeza de unos chicos cuya capacidad para simultanear tareas, información y redes sociales está fuera de toda duda; pero un planteamiento dispar de la aplicación de las TIC por parte de todo el profesorado de un alumno puede dar como resultado una pléyade de aplicaciones, recursos, plataformas, etc., que, lejos de proporcionar diversidad, les suma en el caos. Dónde quedarán los rastros de sus horas de trabajo ¿Diseminadas por la red? ¿Perdidas?
El profesor debe adiestrar al alumno en la selección de información, a desechar aquello que no es útil para su aprendizaje; el problema es que cada día que pasa el campo donde escoger es cada vez más amplio y el proceso de selección más complejo. Incluso lo es ya para el docente, que se vale en muchas ocasiones de las redes sociales para filtrar y conocer con garantías aquello que le puede servir para la clase. El problema viene como al principio de este post, cuando estas redes, se convierten en una carrera de tuits, enlaces y "me gusta" no contrastados, sino impulsados por la facilidad de apretar un botón en nuestro smartphone."
Ver artículo original en http://www.educacontic.es/blog/saturacion-tic

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[1] La frase la "robé" de la radio, a Pancho Muñoz. Aparentemente ilustra al "sindrome del relojero", asociado al estrés debido a la imposibilidad de tomar una decisión.

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