
La importancia de la Informática como materia
Es lamentable que algunos cambios en la actual educación argentina hagan pensar que las computadoras llegaron para colaborar con todos los aprendizajes y para achicar brechas de acceso a la tecnología (hasta ahí, todo perfecto), pero que no se encuentre entre sus finalidades ser un instrumento para experimentar y explorar debidamente el conocimiento informático. Es cierto, se abren hoy valiosos espacios como las iniciativas Program.ar y [EC] Estudiar Computación. Pero lamentablemente quedan como emprendimientos por fuera del sistema educativo que no llegan a tomar el rango de área de conocimiento que la escuela da a otros saberes. Símbolo emblemático de esta política educativa frente a las nuevas tecnologías es la desaparición de Informática como materia, relegada y reducida a la aplicación de sus herramientas en los roles de los Facilitadores o Asesores en TIC.
Cabe preguntarse también acerca de la continuidad y el eficaz sostenimiento de los planes de equipamiento con netbooks escolares. Los enormes problemas de mantenimiento, infraestructura y administración que día a día se observan en las escuelas hacen temer por un final no muy distinto al que en su momento sufrió Clementina y todo su proyecto. En la capacidad de autocrítica de los responsables y en la construcción de políticas estratégicas -que no dependan de vaivenes de gobiernos- estará la respuesta.
Objeto de estudio
En esta historia Manuel Sadosky es el maestro y Clementina sólo su emblemático instrumento. Sadosky representa a miles de educadores y Clementina los recursos informáticos utilizados. Porque cuando Clementina llegó a la Argentina no fue simplemente para prestar servicios de cómputos. El destino que Manuel Sadosky le dio fue mucho más trascendente que eso; fue para dar el puntapié inicial de la experimentación y el aprendizaje en un mundo de conocimientos nuevo e inexplorado. Un conocimiento cada día más necesario ante la enorme presencia de la tecnologías digitales en nuestra vida. Y que, sin embargo, algunos pretenden que permanezca no demasiado visible y oculto detrás de las pantallas. Para que "lo tecnológico" siga siendo uno más, dentro de un mundo plagado de servicios y objetos de consumo irreflexivo. Ojalá entonces las miradas educativas cambien. Que las netbooks escolares no se limiten a una función social o de aplicación en otras materias. Que la materia Informática sea reconocida como una área de conocimiento necesaria para que todo estudiante argentino se forme adecuadamente y sepa cómo pararse crítica e inteligentemente frente a las tecnologías digitales. Así entonces volveremos a acercarnos al objetivo y el espíritu que Manuel Sadosky quiso darle a la llegada de Clementina.